Ciudad Bolívar, 2.10.68 (Especial).
El cementerio de esta ciudad, que data de 1824, ha llegado a su límite.
No hay cupo y los muertos están siendo sepultados provisionalmente en un camposanto
rural, casi abandonado, situado a nueve kilómetros al este de la ciudad.
El MOP, apresuradamente, ha iniciado la construcción de un nuevo
cementerio en el sector denominado Jobo Liso, muy cerca del Hipódromo
Municipal, pero no estará concluido sino para el año próximo.
El viejo cementerio de esta ciudad fue construido durante la administración
municipal del señor Juan Bautista Dalla Costa, Mediante colecta popular, y en su
interior existe marcadamente una división, donde inhuman los cadáveres de los
protestantes.
Según narran las crónicas que sobre Guayana escribió el carupanero
Bartolomé Tavera Acosta, dicho cementerio comenzó a ser construido hace siglo y
medio bajo la dirección de una Junta compuesta por Francisco Gambús y Pedro
Grillet. Tuvo en sus primeros años 65 varas de largo por 35 de ancho y sus
paredes de mampostería, media vara de espesor por dos de alto. Posteriormente
fue ampliado a lo que es hoy.
En tiempos de la Colonia se enterraban aquí los cadáveres en la Iglesia;
pero el 15 de octubre de 1817, el Libertador abolió por decreto esta
costumbre, aunque posteriormente fue modificada, permitiéndose únicamente que se
inhumaran en ella los cuerpos de ciertas 'personas notoria mente distinguidas.
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