Trescientas Piezas Halladas En Región de la Gran Sabana
Lucas Fernández Peña sostiene que son órganos de seres que vivieron en épocas geológicas anteriores a las nuestras.
El explorador, fundador de Santa Elena de Uairén, Lucas Fernández Peña y su hija Luisa Elena, entrevistado por nuestro enviado especial Américo Fernández. (Foto Bayola).
Santa Elena de Uairén, 27.08.68
(Enviado Especial).
¿Realmente son fósiles o caprichos de la naturaleza trescientas piezas
halladas por el explorador Lucas Fernández Peña en la región de la Gran
Sabana, al Sureste del Estado Bolívar?
El fundador de Santa Elena de Uairén sostiene que son restos de seres
que vivieron épocas geológicas anteriores a la nuestra. Los ha coleccionado a través
de 44 años que lleva explorando esta enigmática región sur del Estado
Bolívar considerada en su formación rocosa como la más antigua de Venezuela.
Extrajo estas piezas Fernández Peña de rocas sedimentarias ubicadas por
él en distintos puntos de la Gran Sabana y las Conserva celosamente en su
"Casa Blanca" de Santa Elena, aquí sobre una loma verdosa con estupendos
naranjos, donde también alza su belleza arquitectónica la Iglesia de los
misioneros capuchinos que llegaron después que el explorador.
Las tiene en hileras sobre una rústica mesa de madera y cada una se
asemeja con sorprendente fidelidad, bien a un ave, a un invertebrado marino,
un pez, la media cabeza de un mamut, el cráneo de un hombre o el rostro y la
masa encefálica de una mujer decapitada. Las formas son realmente pétreas, a
semejanza de una obra de cerámica modelada por la mano del hombre que bien pudieran ser fósiles o no a los ojos de un paleontólogo.
Lucas Fernández Peña fue en sus años mozos un estudiante de farmacia
nacido en Valencia en el que prendió con avidez el espíritu de aventuras que
culmina en estas extensas regiones de la Gran Sabana donde amasó con inquietud
emprendedora la formación de un pueblo que ya es municipio .y concentra una población
superior a los cuatro mil habitantes.
Santa Elena de Uairén es la capital del Municipio Urdaneta del Distrito
Roscio. Está a 15 kilómetros de la línea fronteriza con el Brasil y a unos
cien kilómetros de la frontera con Guyana.
Con un guayare sostenido a la espalda y después de tras-montar
penosamente La Escalera, Fernández Peña que para entonces contaba 29 años,
llegó aquí en 1924 y lo primero que hizo fue echar a los ingleses que poblaban
la zona, más allá de la Sierra Rinocote. Aquí fundó este pueblo de clima
ideal, con ayuda de los misioneros capuchinos y se casó con María Josefa
Peña, una india que le ha dado diez hijos. Hay unos veinte más por fuera que
el anciano de 73 años se negó a confirmar cuando un poco forzado accedió a
hablar con el periodista.
El viejo, de baja estatura, abundante cabello blanco y bigote', ojos
azules, acucioso e inquieto, ya no va a la montaña a explorar como en otros
tiempos. Aquí se ha quedado entre sus libros y con
su museo. Un museo, donde además de los presuntos
fósiles también hay innumerables muestras de minerales, desde la diorita de
cuarzo hasta el hierro y el manganeso.
Lucas Fernández Peña nos habla con la palabra y la actitud del hombre
que se ha pasado toda la vida explorando, investigando y cotejando sus hallazgos
con Las teorías geológicas y pelen-teológicas. En su biblioteca están libros de ciencias, tanto en español como en francés y portugués. Un Tratado de
Palenteología de Bermudo Meléndez leía en la oportunidad de la visita a su casa,
Está el hombre, en plena senectud, orgulloso de su edad y de su obra. A
esta altura nos dice que lleva escritas más de dos mil cuartillas contentivas
de sus Memorias, en las que hay material sobre el problema de la frontera con
la "Guayana Esequiba". Es entonces cuando dice:
—Yo saqué a los ingleses de aquí hasta más allá de la Sierra Rinocote y
bajé el pabellón colonialista. Tengo incluso un croquis de esto. Esta tierra es
nuestra y tenemos que hacerla respetar.
Pero volvemos otra vez al problema de los fósiles y el viejo se muestra
reticente. Entonces varía la conversación y nos dice que es hermano de Gilberto
Fernández Peña, un diplomático 'venezolano que estuvo como embajador mucho
tiempo en Dinamarca. Lo ubica todavía en Europa, pero hace tres
años que nada sabe de él.
Con Luisa Elena, una de
sus hijas mayores, alta, de piel fina y muy gentil, le preguntamos con la
premura del tiempo que nos impone en viajar "de cola" en un avión, cómo
justifica la presencia de fósiles marinos en esta región rocosa y selvática de
la Guayana.
—Esto es muy largo de hablar y no quiero profundizar sobre el tema. Sin
embargo, creo que en tiempos geológicos la región era bañada por el mar. De aquí
la justificación de fósiles invertebrados como moluscos, crustáceos, etc., y
también de algunos vertebrados.
Sin duda un hombre de suma importancia para venezuela que debe tener más reconocimiento propongo una plaza o monumento a lucas Fernández peña en el cerro akurima
ResponderEliminarMi querido Abuelo Lucas Fernández Peña
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