domingo, 13 de marzo de 2016

Siete Personas Han Muerto en San Salvador de Paúl Mordidas por Serpientes




Ciudad Bolívar, 29.8.69 (Especial)
Siete personas, entre ellas una mujer, han muerto en las minas diamantíferas de San Salvador de Paúl, mordidas por serpientes.
La información la trajo del propio campamento minero el ca­raqueño de 33 años, Jesús Alber­to Fernández, quien permaneció allá durante 27 días probando suerte en la búsqueda de diaman­te.
Fernández cuenta que en las sabanas de San Salvador de Paúl abunda la serpiente "yarayaca" y la "cuaima correlona", que son muy activas y aguardan a sus víctimas camuflándose entre la humedad y la paja.
—Cerca de mí, y en oportuni­dades distintas, vi caer a dos per­sonas, una mujer y un hombre. víctimas de las mordeduras de la "yarayaca". En total, mientras estuve allá, conocí de siete perso­nas que han muerto por picadas de serpiente —comentó.
por qué te regresas?
—Ah, tuve que venirme porque me atacó "la lunática", una gripe muy fuerte que arrincona a los mineros.
—Y tu profesión es la de mi­nero?
—No precisamente. Minero soy desde hace poco menos de un mes. Me vine de Los Chorros de Caracas, hasta Ciudad Bolívar. atraído por las noticias que daba la prensa y la radio sobre las minas de diamantes. De aquí de Ciudad Bolívar me fui a San Salvador sólo con el pasaje y 4 bolívares en el bolsillo, y al llegar -allá, me las arreglé como pude.
Fernández que aprendió a "suruquear" en la propia mina sirviéndole de ayudante a un mi­nero veterano, pero que a esta altura podría bregar un barranco el solo por su cuenta.  Pienso volver a trabajar una par­cela que dejé boleteada.
—¿Y cómo es la producción, en términos generales?
--La producción es buena por­que todo el mundo coge; pero el-gran negocio lo tienen los mine­ros brasileños, porque trabajan muy ligados. En estos días hubo uno que extrajo un diamante que fue valorado en 97 mil bolívares. Pero ellos prefieren vender los diamantes en su tierra, porque allá cuestan cuatro veces más que acá.
—¿Y cuántos barrancos cavas-te?
—Yo y mi socio hicimos tres barrancos de 2 metros cuadrados por 80 centímetros de profundi­dad, y nos dio una producción de 4.000 bolívares, de los que traigo 700.
-El resto?
—Bueno, lo compartí con el sa­cio y pagamos la comida. Ade­más, mientras estuve por allá le giré a mi mujer.
—¿Te gusta el 'trabajo de las minas?
—Es muy duro y tiene sus ries­gos. Yo, por ejemplo, vivía ate­morizado por las culebras. pero tan pronto me cure "la lunática" vuelvo… Y José Alberto Fernández, mos­trando barba, gripe y rostro macilento, se despidió hasta pronto,


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