Las
construyó un holandés que ya adquirió nacionalidad venezolana y que lleva 20
años internado en la Gran Sabana
Ciudad
Bolívar, 9.2.73 (Especial).
DOS
casas de piedras argamasadas con cemento y arena fueron construidas con una
vista casi perfecta al Salto Angel que como una larga cabellera espumosa se
desprende un kilómetro de altura en línea vertical desde la pluviosa meseta
del Auyantepuy, en la Gran Sabana.
La
construyó un veterinario holandés que ya adquirió la nacionalidad venezolana y
que ha cumplido más de 20 años internado en aquella zona que se ha constituido
en el mayor atractivo turístico de Venezuela.
Rudy
Truffino tiene su campamento él solo donde hospeda a turistas que previamente
contratan excursiones hasta el Salto Angel. Realiza en tiempo de verano 12
viajes al año con no más de seis, personas y en cada uno de esos viajes fue
poniendo piedra sobre piedra hasta ver hoy culminados sus esfuerzos en dos casas
que conjugan con el ambiente edénico de aquella región selvática maravillosa
donde los grandes caudales de agua cantan todos los himnos de la naturaleza.
El
propio Rudy Truffino, un hombre magro, rubio, de 47 años, nos lo contó ayer
cuando en el aeropuerto de esta ciudad aguardaba la llegada de tres botánicos
norteamericanos que le pidieron los llevara a pasar varios días sobre la Meseta
del Auyantepuy para recoger muestras de especies botánicas, desconocidas.
Truffino
ha abierto con la ayuda de dos Waicas varios caminos para escalar el
Auyantepuy y el último que abrió lo estrenará en marzo con otro grupo de
botánicos de Norteamérica. La excursión la suele cumplir en 5 ó 6 días, desde
su Campamento Ucaima situado a 2 kilómetros de la Laguna de Canaima, hasta el
Salto Angel. Cobra 1.500 bolívares por cada persona de un grupo no mayor de
seis y más si el grupo es inferior.
Charles
Baughan, un piloto muerto hace 18 años en un accidente aéreo ocurrido cerca de Higuerote,
dio a conocer al mundo esta bella región de Ucaima, donde ahora se halla
instalado Truffino como un gran señor de la selva. El era amigo de Baughan y
heredó con entusiasmo sus predios que ahora domina y regenta para disfrute del
que busca emociones en esta parte de la naturaleza.
En
su Campamento de Ucaima vive feliz con Gertrudis, una austríaca orfebre, de 36
años, que vino como turista hace 14 años y se enamoró de Rudy junto con quien
ha procreado tres indias rubias bautizadas en la Misión de Kamarata.
Jungle Rudy... una leyenda.
ResponderEliminar