Es
el primer aviador civil de Venezuela, el primero en volar
un avión en el país y también el primero que escribió
un abecedario sobre la aviación comercial
Ciudad
Bolívar, 26.09.74 (Especial).
La
Dirección de Aeronáutica Civil, dentro del programa de actos elaborado para
celebrar el 62 aniversario de la Aviación Civil venezolana, rindió hoy en esta
ciudad un homenaje al capitán Marco Sarcos Portillo, el primer piloto civil dé
Venezuela, el primer piloto venezolano que voló un avión en Venezuela y el
primero también que escribió un abecedario sobre la aviación en nuestro país.
Las
palabras de homenaje, salutación y entrega de un pergamino estuvieron a cargo
del general Edgar Suárez Mier y Terán, quien estuvo acompañado del gobernador
Domingo Álvarez Rodriguez, representantes de los demás poderes regionales y
otras personalidades de instituciones y empresas de aviación que operan en el
Estado.
El
general Suárez Mier y Terán hizo un recuento de la historia de la aviación
venezolana y del aporte dado por Sarcos Portillo y señaló como nota histórica
que el 29 de setiembre de 1912 el aeronauta norteamericano Frank Boland hizo
el primer vuelo sobre Venezuela y que en vísperas de la misma fecha él haya
firmado un permiso para que un avión con dos veces la velocidad del sonido —el
"Concorde"— pruebe rutas sobre Venezuela.
Marco
Sarcos Portillo, un maracucho con muchos años radicado en esta ciudad y con
72 años de edad, comenzó a volar en 1920 en Garden City, Nueva York. Empleaba
un avión de adiestramiento primario ''Curtis Jenny 4-D" que desarrollaba
una potencia de 90 HP y que podía llevar dos personas en su estrechísima carlinga.
Ya
piloto licenciado, Sarcos
Portillo
adquirió en 1930 un monoplano "Curtis Wright Junio" biplaza y lo
embarcó con tan mala suerte para Venezuela, que cuando llegó aquí, el general
Gómez se lo decomisó por cuestiones de seguridad.
A
partir de entonces el capitán Marco Sarcos Portillo fue maestro y guía de los
pilotos venezolanos e impulsor de la Aviación Civil, de la que pocos beneficios
obtuvo. Aquí en Guayana vino a dar lo último de su experiencia volando
aerotaxis hacia la rica región minera de la Gran Sabana.
Luego
que la edad no le permitió volar, logró un lugar en la administración de una
empresa aérea, hasta que la vejez y los males propios de la naturaleza lo
recluyeron definitivamente en su casa humilde del barrio Las Moreas, donde vive
con su familia rodeado de dignidad, de gloria y de miseria.
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