jueves, 9 de febrero de 2017

Homenaje a Marco Sarcos Portillo Pionero de la Aviación Venezolana




Es el primer aviador civil de Venezuela, el primero en volar
un avión en el país y también el primero que escribió
un abecedario sobre la aviación comercial

Ciudad Bolívar, 26.09.74 (Especial).
La Dirección de Aeronáutica Civil, dentro del programa de actos elaborado para celebrar el 62 aniversario de la Aviación Civil venezolana, rindió hoy en esta ciudad un homenaje al capitán Marco Sarcos Portillo, el primer piloto civil dé Venezuela, el primer piloto venezolano que voló un avión en Venezuela y el primero también que escribió un abecedario sobre la aviación en nuestro país.
Las palabras de homenaje, salutación y entrega de un pergamino estuvieron a cargo del general Edgar Suárez Mier y Terán, quien estuvo acompañado del gobernador Domingo Álvarez Rodriguez, representantes de los demás poderes regionales y otras personalidades de instituciones y empresas de aviación que operan en el Estado.
El general Suárez Mier y Te­rán hizo un recuento de la his­toria de la aviación venezolana y del aporte dado por Sarcos Portillo y señaló como nota his­tórica que el 29 de setiembre de 1912 el aeronauta norteamerica­no Frank Boland hizo el primer vuelo sobre Venezuela y que en vísperas de la misma fecha él ha­ya firmado un permiso para que un avión con dos veces la velo­cidad del sonido —el "Concor­de"— pruebe rutas sobre Vene­zuela.
Marco Sarcos Portillo, un ma­racucho con muchos años radi­cado en esta ciudad y con 72 años de edad, comenzó a volar en 1920 en Garden City, Nueva York. Em­pleaba un avión de adiestramien­to primario ''Curtis Jenny 4-D" que desarrollaba una potencia de 90 HP y que podía llevar dos per­sonas en su estrechísima car­linga.
Ya piloto licenciado, Sarcos
Portillo adquirió en 1930 un mo­noplano "Curtis Wright Junio" biplaza y lo embarcó con tan ma­la suerte para Venezuela, que cuando llegó aquí, el general Gó­mez se lo decomisó por cuestio­nes de seguridad.
A partir de entonces el capi­tán Marco Sarcos Portillo fue maestro y guía de los pilotos ve­nezolanos e impulsor de la Avia­ción Civil, de la que pocos be­neficios obtuvo. Aquí en Guaya­na vino a dar lo último de su experiencia volando aerotaxis ha­cia la rica región minera de la Gran Sabana.
Luego que la edad no le per­mitió volar, logró un lugar en la administración de una empresa aérea, hasta que la vejez y los males propios de la naturaleza lo recluyeron definitivamente en su casa humilde del barrio Las Moreas, donde vive con su fami­lia rodeado de dignidad, de gloria y de miseria.





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